La revuelta de las cariátides by Petros Márkaris

autor:Petros Márkaris [Márkaris, Petros]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Policial
editor: ePubLibre
publicado: 2023-07-07T00:00:00+00:00

Capítulo 24

Llego al despacho disgustado. Ha sucedido exactamente lo que me temía. Intento concentrarme para responder a una pregunta crucial: ¿nos enfrentamos a un solo asesino o a más de uno?

Los primeros indicios sugieren que debe de haber dos asesinos. El que mató a Melina Gavdís utilizó un cuchillo, y mi experiencia me dice que, cuando un asesino se familiariza con un arma, rara vez recurre a otros métodos para matar. Por otro lado, el asesino de Melina Gavdís iba en moto, mientras que el asesino de la segunda muchacha sin duda tenía un coche para poder trasladarla cerca del lugar donde la ató al árbol. Por supuesto, cabe aún otra posibilidad: que fueran más de dos asesinos, coordinados entre sí. Es decir, que estaríamos frente a una banda criminal. Lo dejo aquí, porque los datos que hemos reunido hasta ahora no me permiten llegar a ninguna conclusión.

Llamo por teléfono al subdirector. Por un lado, porque debo informarle sin más dilación y, por el otro, porque no quiero perderme en reflexiones inútiles. Mi superior, que no se había enterado del asesinato de la segunda Cariátide, se queda atónito.

—Nos ha caído otra desgracia encima —dice con voz apenas audible.

Le cuento también lo que les propusieron a los dos emigrantes, en Eubea.

—Como ya le comenté al ministro, temía que los ataques violentos en las redes pudieran tener consecuencias fatales. En estos momentos el equipo de Homicidios está realizando una primera investigación en la Acrópolis. Le informaré en cuanto tenga novedades. Sin embargo, lo que urge es bloquear todas las cuentas de Facebook y de Twitter que publiquen comentarios agresivos contra las Cariátides.

—Solicitaremos al ministro que se tomen estas medidas inmediatamente. Tiene razón, hay que poner fin a esta clase de publicaciones o tendremos que lamentar nuevos asesinatos.

Nada más colgar, telefoneo a Velidis. Le pido que sus colaboradores localicen todas las publicaciones hostiles contra las Cariátides y que se las envíen al subdirector para poder bloquear las cuentas correspondientes.

—Tienes razón. Deberíamos haberlo hecho antes —reconoce.

Vuelvo a estar en «modo de espera», aunque presiento que no durará demasiado. Me parece poco probable que el personal de la Acrópolis pueda facilitarnos información relevante. Las oficinas estaban cerradas cuando el asesino llevó a su víctima al bosquecillo. Nuestra única esperanza son las Cariátides; quizás alguna de ellas sepa qué hizo la víctima ayer por la noche.

El equipo vuelve con las manos vacías, tal como imaginaba.

—Nada de nada —anuncia Antigoni.

—Era de esperar. La zona estaba desierta cuando se produjo el crimen —le explico.

—Nos pondremos en contacto inmediatamente con las Cariátides; en primer lugar, para averiguar la identidad de la víctima y, en segundo lugar, para saber si había quedado con alguien anoche —continúa Antigoni.

—Me llama la atención que, a pesar de todas vuestras advertencias, quedara con alguien, o que al menos no os avisara —comenta Askalidis.

—Eso podría significar que había quedado con conocidos y que la agresión se produjo después de su encuentro —le explica Antigoni, levantándose—. Hablemos primero con las Cariátides, a ver qué pueden decirnos.

—Llevaos también la fotografía del tipo del bar de Teseion —les digo—.

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